La palabra jubilación tiene varias procedencias: por un lado, tiene un
origen hebreo en el cual, en la ley de Moisés, se estableció que una vez
cumplidos los 49 años (siete veces siete) debía celebrarse una fiesta -el Yobel- para dedicarse a reflexionar, meditar y volver a la esencia
de la vida, pero siempre con gozo y alegría. El año 50 se dedicaba
entonces a disfrutar con júbilo lo que se había conseguido en los años
anteriores.
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